Sinopsis:
El frío es artificial para nosotros: no tenemos plumas, ni pelos ni nada. Vivimos en lugares donde hace frío porque somos idiotas. A veces me pregunto si el amor no es uno de esos lugares, siempre con pullóveres agujereados.
Una fiesta en pleno invierno: el movimiento de los astros, una plantación de olmos, Sonic Youth y la caza de patos. Al final de la noche Kostia Levine se suicida y Ana descubre que la traición es la única forma posible del amor. El tiempo de la vida es, como el tiempo de las novelas, una ficción que dura un día o cincuenta años.
La vida breve es una reescritura, una opinión contemporánea, mutante y caótica del universo narrativo y temático de Lev Tolstoi y Anton Chéjov; es una reflexión crítica acerca de la ficción y sus limitaciones para dar cuenta del drama privado del amor y la muerte, al tiempo que expresa una sensación urgente: todo se derrumba y son las ficciones las que a duras penas nos mantienen en pie.
Sobre la puesta en escena y la dramaturgia
Para construir una historia sobre el tiempo y el fin del amor, en definitiva una obra sobre la muerte de todas las cosas, Esteban Bieda y Nahuel Cano han utilizado, reescrito y deformado fragmentos de obra, cuadernos de notas y diarios de Tolstoi y Chéjov. La vida breve se vale de la superposición, el cut-up y la música para sumergirnos en el tiempo anárquico del pensamiento y la experiencia vital, reflejos de la profunda fractura emocional y moral de los personajes. Como siempre Nahuel Cano apuesta a una actuación poderosa y sensible que interpela al espectador.
Comentarios de la prensa
EXCELENTE
“Son muchos y diversos los méritos de este nuevo gran espectáculo de uno de los artistas que más ha sobresalido en los últimos años, tanto en su rol de director como de actor: Nahuel Cano. La vida breve es, en principio, uno de esos espectáculos que saben quebrar con fuerza y claridad la tendencia agónica del teatro independiente porteño de girar entorno a la eminentemente aburguesada noción de “familia disfuncional”. No es que aquí no haya familia, ni conflicto, ni desamor. Sucede que en este espectáculo no se impone tanto lo que se cuenta como el modo en el que se lo cuenta.” Federico Irazabal, La Nación
“La vida breve es también una oda al goce y su regodeo. El amor se disfraza de páramo pero en sus profundidades esconde peligros irrefrenables, entre celos y el deseo raramente correspondido. El amor y la muerte siempre serán los grandes temas de la condición humana. Cano apuesta, una vez más, a llevarlos a extremos emotivos sumamente carnales, donde la vida es breve pero esencialmente está viva” Mara Teit, Llegás
“¿Qué es el amor? ¿Un sentimiento continuo que fortalece? o, como parece expresar esta producción del dúo Cano-Bieda, ¿una ola que cubre todo con su intempestiva fuerza y que, al retirarse, sólo deja despojos? ¿De qué se compone el amor? ¿De deseo, pasión, desesperación? La vida breve reflexiona, a partir de lecturas de Tolstoi y Chejov, sobre la posibilidad del amor y su representatividad. ¿Puede la ficción representar el drama pivado? Quizás la única manera de que esto sea posible es a través de un texto fraccionado, de situaciones dinámicas, breves, evanescentes.” Valeria Arévalos, La mirona artística
“La literatura rusa (dramática o no) tiene sus personajes y paisajes, ciudades infernales, casas de campo decadentes, prostitutas locas, melancólicos poetas mediocres al borde del suicidio, terratenientes retrógrados y burguesas angustiadas. Por eso quien conoce la literatura (dramática o no) rusa, tiene la sospecha en La vida breve de que est lo escuchó. En efecto, hay algo de Chéjov y algo de Tolstói, pero esa sensación de estar en terreno conocido compite con las permanentes sacudidas que da la escena a la platea.” Sofía Castaño, muyricotodo
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